Soy Marcelo Ferder, un artista visual y arquitecto argentino, con una trayectoria enriquecedora que abarca desde Buenos Aires hasta mi establecimiento en la República Dominicana
Marcelo Ferder (Argentina, 1958). Artista visual y arquitecto egresado de la UBA, en Buenos Aires. Se establece en Nueva York en 1990, donde dirige la galería M&M Studio en Soho; además de trabajar para la empresa de diseño “Let there be Neon", y hacer escenografía en la serie infantil Plaza Sésamo.
En 1993 se traslada a la República Dominicana como docente de la Escuela de Diseño de Altos de Chavón, en La Romana. Desde entonces se ha arraigado en el país, al punto de ser uno de los referentes del arte conceptual contemporáneo dominicano.
Durante las últimas tres décadas, su producción artística se ha centrado en el reciclaje y la reutilización de desechos sólidos en atractivos murales. Entre 1998 y 2010, participa en diferentes proyectos de arte público, con impacto social, interviniendo cerca de 200 viviendas rurales y muros de las comunidades San José de Ocoa, La Altagracia, Santiago y Santo Domingo.
A partir de 2010 se desempeña como docente en UNIBE e INTEC. En el 2020 quedó como finalista del concurso “Tecnología Apropiada”, con un proyecto para la contención el sargazo y en 2022 patenta su invento Tapixxel, tablero de luz para crear diseños usando el principio del pixel, utilizando tapas de botellas plásticas recicladas, como mínima expresión de la forma.
Su trabajo artístico y social ha sido valorado los críticos de arte. Su claravisión de la idiosincrasia caribeña es representada con el humor que lo caracteriza, remitiéndose siempre hacia lo lúdico, lo gracioso y lo contradictorio.
Soy Marcelo Ferder, un artista visual y arquitecto argentino, con una trayectoria enriquecedora que abarca desde Buenos Aires hasta mi establecimiento en la República Dominicana.
Marcelo Ferder es un dibujante nato, que se vale de cualquier herramienta para delinear su imaginación. Su primer trabajo de importancia fue el grupo Layeca, en 1983. A escala mayor, realiza su primer gran proyecto a finales de los años 80s: Un viaje performance de casi tres años por todo el continente americano, para dibujar su geografía, sus ciudades, sus edificios icónicos y cotidianos. Hoy en día sigue siendo una pasión, que lo lleva a recorrer a recorrer el mundo con su cámara, su libreta y sus lápices, adaptándose cómodamente a los nuevos medios, desde hace años realiza creaciones digitales interviniendo las imágenes mediante software de diseño.
Las creaciones pictóricas de Marcelo Ferder, fluyen hacia lo experimental, como es de esperarse. Desde sus inicios en el arte ha mirado hacia las vanguardias, la geometría, los materiales eclécticos, o la manera ecléctica de usar los materiales. Organizadas por series, sus pinturas suelen contener metáforas de pensamiento más profundo, trabajando temas íntimos, atreviéndose a indagar sobre la identidad, los espacios vacíos del ser, la ciudad y la interacción de sus habitantes.
Marcelo Ferder sufre una fascinación por el objeto encontrado.No necesita que el objeto sea particularmente hermoso, decorativo o alguna afinidad con su diseño, basta con encontrarlo para que funcione. El artista se encargará de darle forma a sus preocupaciones a través de la manipulación de estos objetos y los materiales que domina con expertise, tales como el poliestireno, los plásticos, el hierro y sobre todo el cemento. La silla del colmado, para él, se ha convertido en ese icono de la idiosincrasia nacional, una lectura folclórica, a la vez arquitectónica y formal, atendiendo a las múltiples posibilidades de construcción de esta silla, sin perder su significado. El cemento es un medio en el que fluctúa, con el que convive felizmente. Su flexibilidad, maleabilidad, su acción cohesiva entre elementos y partes, lo han convertido en el mejor amigo de este artista
La capacidad espacial, imaginativa y de interconexión de formas y conceptos, han conferido en Marcelo Ferder una singular forma de creación, que atina con picardía en la instalación e intervención del espacio, principalmente en el ámbito museográfico, Realizando su primera instalación, aún si conocer ese nombre en 1985 utilizando una serie de andamios y metales pintados, prologada por el gran artista y arquitecto argentino Luis Benedit, , y en Quito, Ecuador, donde realiza, ya si, una exposición llamada justamente, INSTALACIÓN, en la Galería Pomaire, en 1988. En el año 1991 realiza en Nueva York varias instalaciones importantes utilizando fotocopias, pero es en RD donde afianza su trabajo como instalador influenciado por artistas tales como Tony Capellán, Jorge Pineda y Belkis Ramírez, entre otros.
Desde sus inicios Marcelo Ferder se ha inclinado por el muralismo y el arte público, al servicio de las comunidades. A lo largo de carrera ha realizado murales pintados en casi todas las grandes ciudades de América, Buenos Aires, México, Lima, Quito, Florianópolis, Montevideo, En total ha realizado cerca de 50 murales y obras de arte público, algunas de las cuales fueron efímeras, como parte de un performance, happening o evento público, como es el caso de la intervención a los obeliscos del Malecón de Santo Domingo “El Casamiento del Calife con Roba la Gallina” Son conocidos además sus murales realizados con desechos y residuos solidos en distintas ciudades de RD y otros países de América, como Argentina, Nicaragua y Haiti, donde se da cabida a la participación de niños jóvenes y adultos
El arte digital es una de las pasiones de Marcelo Ferder. Poder utilizar el ordenador como una herramienta artística, donde simplemente aplica texturas, color, trazos, y principalmente el uso de layers, creando capas de profundidad, combinando los mecanismos que permite la tecnología para consolidar una creación original e intencionada por el artista. El mundo editorial también es abordado por Ferder, desde muy temprana edad, utilizando tanto formatos análogos tradicionales como digitales, muchas veces combinándolos, creando obras hibridas de notable belleza. Destaca el trabajo realizado para Sesame Street, en NY, en 1992, donde realiza backgrounds y props. para varios de los episodios de dicha serie.
Desde temprana edad Marcelo Ferder ha desarrollado una carrera como docente en el campo de las artes y del diseño, tanto en la universidad de Buenos Aires en los años 80s, como en RD, destacando sus años como director del departamento de Diseño ambiental entre 1993 y 1996, en Unibe, y el Intec. Asimismo tanto con el Ministerio de Cultura, el Ministerio de educación, o el Centro León, el PNUD, AMCHARD y la OEI, entre otras organizaciones, ha realizado proyectos tales como Ciudad Reciclada, y Fabrica de Murales, y proyectos puntuales en más de 12 ciudades, pueblos y bateyes de RD, incidiendo en mas de 2500 estudiantes del sistema primario del país.
Marcelo Ferder (Argentina, 1958). Artista visual y arquitecto egresado de la UBA, en Buenos Aires. Se establece en Nueva York en 1990, donde dirige la galería M&M Studio en Soho; además de trabajar para la empresa de diseño “Let there be Neon", y hacer escenografía en la serie infantil Plaza Sésamo.
En 1993 se traslada a la República Dominicana como docente de la Escuela de Diseño de Altos de Chavón, en La Romana. Desde entonces se ha arraigado en el país, al punto de ser uno de los referentes del arte conceptual contemporáneo dominicano.
Durante las últimas tres décadas, su producción artística se ha centrado en el reciclaje y la reutilización de desechos sólidos en atractivos murales. Entre 1998 y 2010, participa en diferentes proyectos de arte público, con impacto social, interviniendo cerca de 200 viviendas rurales y muros de las comunidades San José de Ocoa, La Altagracia, Santiago y Santo Domingo.
A partir de 2010 se desempeña como docente en UNIBE e INTEC. En el 2020 quedó como finalista del concurso “Tecnología Apropiada”, con un proyecto para la contención el sargazo y en 2022 patenta su invento Tapixxel, tablero de luz para crear diseños usando el principio del pixel, utilizando tapas de botellas plásticas recicladas, como mínima expresión de la forma.
Su trabajo artístico y social ha sido valorado los críticos de arte. Su clara visión de la idiosincrasia caribeña es representada con el humor que lo caracteriza, remitiéndose siempre hacia lo lúdico, lo gracioso y lo contradictorio.